Las aventuras del capitán Alatriste de: Arturo Pérez-Reverte Por: Pablo A. Curiel M.
Va de cuento: nos regía
un capitán que venía
mal herido, en el afán
de su primera agonía.
¡Señores, qué capitán
el capitán de aquél
día!
E. Marquina
En Flandes se ha puesto el sol
“No era el hombre más
honesto ni el más piadoso, pero era un hombre valiente. Se llamaba Diego
Alatriste y Tenorio, y había luchado como soldado de los tercios viejos en las
guerras de Flandes. Cuando lo conocí mal vivía en Madrid, alquilándose por
cuatro maravedís en trabajos de poco lustre, a menudo en calidad de espadachín
por cuenta de otros que no tenían la destreza o los arrestos para solventar sus
propias querellas. Ya saben: un marido cornudo por aquí, un pleito o una
herencia dudosa por allá, deudas de juego pagadas a medias y algunos etcéteras
más…”
Arturo Pérez-Reverte
(Primeras líneas del
primer libro: “Las aventuras del capitán Alatriste”)
Empezare por deciros que
hace veinticinco años Arturo y Carlota Pérez- Reverte se pusieron a investigar
ciertos versos que diferentes autores del Siglo de Oro en España fueron
recopilando en el transcurrir de los años. Estos versos narraban las hazañas de
cierto soldado de la Real Armada de la Infantería Española y que se alquilaba
como espadachín para cobrar ciertas afrentes a diversos caballeros.
-
El capitán Alatriste,
-
Limpieza se sangre,
-
El sol de Breda,
-
El oro del rey,
-
El caballero del jubón amarillo,
-
Corsarios de Levante y;
- El puente de los asesinos.
Comprenden la historias
de este mítico personaje, que ubicado en el siglo XVII; en 1996 Arturo
Pérez-Reverte y su hija Carlota escriben la primera novela, como mencione
líneas arriba): “El capitán Alatriste”: Nos narra la historia de un soldado
veterano de los tercios de Flandes que malvive como espadachín a sueldo en el Madrid del siglo XVII. Sus aventuras
peligrosas, nos sumergen sin aliento en las intrigas de la Corte de España
decadente y corrupta. Entre emboscadas en los callejones oscuros, en las
tabernas junto con Francisco de Quevedo que compone sonetos entre pendencias y
botellas de vino, y donde van a los corrales de comedias a ver las
representaciones de Lope de Vega, termina siempre en riñas o a cuchilladas.
Junto a estos dos personajes están también: el joven Iñigo Balboa (que se quedó
huérfano pues su padre antes de morir le pidió a Alatriste que se hiciera cargo
de él), fray Emilio Bocanegra el inquisidor, el peligroso enemigo del capitán
Gualterio Malatesta (de Palermo), o el
diabólico secretario del rey Luis de Alquézar. Aventura, acción e historia se
conforman en este primer volumen.
“El astado hubo razón
de encorrer al alguacil
de cuatro cuernos, allí
sobraban lo menos dos.”
Por este libro la Real
Academia de la Lengua Española le daría el visto bueno para que entre a formar
parte de la misma. En 1997 publicaría el segundo libro de la saga: “Limpieza
de sangre”. A punto de
incorporarse a su antiguo tercio en Flandes, Alatriste se ve envuelto por
mediación de su amigo Francisco de Quevedo en otra aventura peligrosa. Una
mujer ha aparecido estrangulada en una silla de manos frente a la iglesia de
San Ginés, con una bolsa de dinero y una nota manuscrita: “Para misas por su
alma.” Todo se complica tras las paredes de un convento. Todo reconstruido por
la pluma de Pérez-Reverte, en el Madrid de Felipe IV, entre lances,
tabernas garitos intrigas y estocadas
poniendo en peligro la vida del capitán. Aparecerían nuevos personajes como:
Álvaro de la Marca, Conde Guadalmedina, El Conde Duque de Olivares, Caridad la
Lebrijana.
Los libros van
entretejidos por versos de diferentes dramaturgos, pues hay recordar que era el
teatro más importante en esos tiempos y todo tema importante era tratado por
medio de esta expresión artística. Así que entre capítulo y capítulo aparecen
versos de: Calderón de la Barca, Lope de Vega y otros autores. En 1998 aparece
en las librerías la tercera entrega: “El sol de Breda” cuya trama es la
siguiente: escenifica las batallas y el asedio de la ciudad de Breda en 1625
por os tercios españoles en Flandes. El joven Íñigo Balboa es el narrador de
todas las historias, además aquí es el mochilero del tercio viejo de Cartagena,
donde sirve de ayudante a su amo el capitán Alatriste, empuñando las armas en
el combate. Él pues será testigo fiel de la historia, que describiría después
Diego Velázquez en su cuadro: “La rendición de Breda” y los rostros que
combatieron en ella: Ambrosio Spínola, Pedro de la Daga, Carmelo Bragado y Sebastián
Copons y el soldado Alatriste a un lado del soldado que recibe la llave del
vencedor. Sevilla, 1626 a su regreso de Flandes, donde han participado en el
asedio y rendición de Breda, el capitán Alatriste e Íñigo Balboa reciben el
encargo de reclutar a un pintoresco grupo de bravos espadachines para una
misión peligrosa, relacionada con el contrabando del oro que los galeones
españoles traen a las Indias, este libro es la cuarta entrega que se llama: “El
oro del rey”; publicada en el 2000. Tres años después aparece: “El
caballero del jubón amarillo”, esta nueva entrega se desarrolla en el
mundo de los corrales de comedias de Madrid del siglo XVII. Cruzándose con
viejos amigos y enemigos, con los mismos personajes de la época como: Lope de
Vega, Calderón de la Barca, y el capitán Alonso de Contreras, Diego Alatriste e
Íñigo Balboa se enfrentan a una conspiración en la corte de Felipe IV. Para el
2006 y con el interés de todos cuantos hemos leído estas novelas aparece: “Corsarios
de Levante”, en el 2006. “Durante casi dos años serví con el capitán
Alatriste en las galeras de Nápoles…”
En el 2011 se publica
el último de los libros: “El puente de los asesinos”.
Contratado por mediación de su amigo: Francisco de Quevedo para una misión en
Venecia. Nápoles, Roma y Milán serán los escenarios de este nuevo libro de
capitán, durante la misa de Navidad e imponer por la fuerza un gobierno
favorable a la corte del rey católico en Italia.
Es curioso como fuimos
consumiendo en el transcurso de los años estas lecturas, nosotros los adultos
y, como los tiempos fuero cambiando, ahora es una lectura que deben hacer las
nuevas generaciones: niñas, niños, jóvenes mujeres, jóvenes hombres he ir
haciendo su propia reconstrucción y gusto por la lectura. El personaje de Diego
Alatriste y Tenorio se fue reconstruyendo de varios textos que Arturo
Pérez-Reverte, que juntando para hacer el total de la historia y de cada libro.
Este personaje que en el sentido estricto no existió, pues no hay datos que lo
acrediten como tal, los dramaturgos escribieron de él; de su gallardía al
pelear, su porte al cortejar a las damas y su compañerismo con sus compañeros
de lucha.
“Después permanecieron
inmóviles y en silencio entre la nevisca, uno junto al otro, mirando hacia la
parte que daba al mar abierto. En la franja lejana, soleada y azul, el rayo de
luz que se abría paso entre las nubes iluminaba las velas blancas de una
embarcación que navegaba hacia la isla de los Esqueletos.”
(parte final de “El
puente de los asesinos” – libro XVII - de Arturo Pérez-Reverte).
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